viernes, 13 de junio de 2014

Boeing B-52 Stratofortress, el bombardero mas antiguo de la USAF


Un informe elaborado por el Servicio de Investigación del Congreso de EEUU planteó varias preguntas acerca de la capacidad de la Fuerza Aérea de EEUU para ejecutar un ataque nuclear con bombarderos de largo alcance. El informe publicado en línea el sábado 7 pone de relieve una serie de factores que pueden dar lugar a una diferencia en la capacidad del país para llevar a largo alcance ataques nucleares por vía aérea, incluyendo el desarrollo de la capacidad de penetrar las defensas aéreas de las naciones extranjera y las reducciones en los gastos de defensa debido a la Ley de Control Presupuestario.
El Pentágono está planeando la construcción de un nuevo bombardero de largo alcance con capacidades furtivas, pero no se espera que las primeras unidades estarán disponibles hasta mediados de 2020. Mientras tanto, la capacidad de la actual flota de bombarderos nucleares de la Fuerza Aérea: "Se acerca a lo que los expertos consideran suficiente para los objetivos de empleo de esas armas", y es probable que continúe deteriorándose, a medida que los adversarios potenciales adquieran defensas aéreas más avanzadas.
El informe también señala que en los próximos años, la Fuerza Aérea proporcionara la capacidad contra las defensas aéreas más difíciles de hoy en día a los B-52 y B-1, que actualmente no las pueden superar. Sólo el B-2 puede penetrar esas defensas, y se teme que la capacidad del B-2 para penetrar esas defensas también disminuya, aunque la Fuerza Aérea va actualizar los aviones con nuevos sistemas y armas. Públicamente, no se sabe mucho acerca de las características de la nueva generación de bombarderos furtivos. La USAF tiene previsto adquirir entre 80 y 100 de estos nuevos bombarderos.
Se ha hablado mucho en los últimos años sobre el potencial del arsenal de misiles balísticos y de crucero de China para inhibir la capacidad de EEUU de proyectar su poder naval en la región Asia-Pacífico. Hay aproximadamente 157 bombarderos de largo alcance entre B-52, B-1 y B-2 en el arsenal de EEUU. El Departamento de Defensa tiene la intención de mantener una flota de alrededor de 156 bombarderos hasta por lo menos 2022. El informe señala, sin embargo, que 500.000 millones de dolares en recortes de defensa impuestos por el Congreso, así como la posibilidad de nuevos recortes, podrían afectar al tamaño de la flota.
El presupuesto militar reducido obligará al Pentágono a duplicar el gasto en la flota de bombarderos nucleares hasta el año fiscal 2020 a más de 9.000 millones al año, gracias a los costos de adquisición del nuevo bombardero de largo alcance y los cambios que se realizarán a los B-52, B-1 y B-2 al mismo tiempo. La modernización de estos aviones está diseñada para mantener a los viejos bombarderos operativos hasta en 2040, y el B-2 en funcionamiento hasta 2058. En gran parte, las decisiones del Congreso determinarán el futuro de los B-52, B-1 y B-2, y en última instancia, probablemente determinará la futura capacidad de ataque a nuclear estratégico de los EEUU.



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